Negro Martes 11 Septiembre 2001:
Vivencias  Newyorquinas

Por Elier Valencia*

 

 

Hace dos meses otro martes once  de septiembre entró a la historia negra de las violaciones de derechos humanos. Este pasado 11 de septiembre,  explosiones remecieron a New York City cuando  dos aviones comerciales fueron reventados contra las torres del World Trade Center  aniquilando a  miles de civiles. Este ataque de terror constituye una violación al derecho más básico del hombre- el derecho a la vida. 

 

Este negro martes 11 estaba  New York City - la ciudad que me recibió en exilio, y donde parcialmente resido.  A la hora del ataque a las torres me encontraba en la parte norte de la isla de  Manhatttan y desde allí  compartí la vivencia de este trágico suceso. Fui uno de los millones de newyorquinos de todas las razas y credos religiosos que sufrieron esta estremecedora experiencia.

 

 

 

El resultado inmediato  del ataque fue un  crematorio de miles de personas. Muchos prefirieron saltar al vacío para no incinerarse. Otros murieron aplastados al derrumbarse las torres.  En esas torres trabajaban no solo hombres de negocio, si no que también miles de trabajadores  de oficina y personal de servicio y manutención - de todos los grupos étnicos y colores. En total trabajaban como 50 mil personas. Se estima que murieron más de cuatro mil personas en ese día.

 

Los miembros  de los servicios de emergencia  derrocharon coraje  en su accionar y su esfuerzos por controlar la grave situación. Cabe resaltar los actitud  de los bomberos en particular.  Estos  seguían subiendo las escaleras de las torres  a  pelear el incendio cuando la gente bajaba. Iban a morir batallando las llamas, tratando de ganar mas tiempo para que más personas  lograran escapar de los edificios. Un valor increíble.

 

La gente en la ciudad mostró una gran entereza, sin mayor  pánico,  y  fue esencialmente solidaria. Se creo un increíble espíritu comunitario que cruzo estratas sociales y culturales. Algo digno de resaltar en el medio de la inmensidad de esta tragedia.

 

En los días que siguieron, la alegre salsa y merengue característica de los barrios latinos de New York City, cambio y dejo paso  a una música más lenta, de dolor y  pena. Las banderas y velas en honor a los que murieron se veían por toda la ciudad. y sin lugar a dudas, la gente estaba en espera de una fuerte  acción militar del gobierno contra los responsables de este ataque. El aire pesado y melancólico llenaba  Manhattan y sus alrededores.

 

La explosión de las torres, la perdida de vidas, los desaparecidos y el  fuerte estado policial que siguió en los días y la semana posterior, con policía local, estatal y guardia nacional acompañado  con  aviones y helicópteros sobrevolando la ciudad, me trajo  recuerdos del 11 de Septiembre  de 1973 en Chile. Me recordó una vez mas la fragilidad de la vida y la necesidad de garantizar el respeto  a la vida del hombre.

 

Estos hechos  sin lugar a dudas nos cambiara el panorama mundial. El terrorismo y el uso del terror no conoce fronteras y constituye una violación a los derechos del hombre. Y como tal debe ser combatido por los estados que sustentan un  sistema basado en un estado de derecho y democracia. Un estado democrático, a pesar de sus contradicciones sociales y económicas, es indudablemente mejor que todo tipo  dictadura o gobierno autoritario– de cualquier ideología o religión. El fortalecimiento de los valores democráticos, derechos civiles y derechos humanos es esencial  para poder combatir y prevenir estos ataques terroristas.

 

11 Noviembre 2001

*Elier Valencia es Magíster en sociología  y Juris Doctor.  Es magallánico residente de Holanda y New York City. Es editor de www.Dawson2000.com  – un sitio de derechos humanos enfocado en la represión en Magallanes.