SOBRE AUGURES, ORÁCULOS, ARÚSPICES, SIBILAS, PITONISOS Y OTROS
EXPERTOS... |
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Las previsiones económicas con las que cada
día nos abruman los expertos son un tema inextinguible que se presta para
reír a gritos si uno está de buen humor, o para llorar a mares si uno piensa en quienes
sufren las consecuencias.
Basta con elegir, al azar, una edición pasada de cualquier publicación
económica de preferencia seria y contrastar, algunos meses más
tarde, las previsiones con la realidad.
Hace un par de días encontré, por azar, la edición del mes de octubre del
2000 de la revista francesa Enjeux-Les Echos.
Seria donde las hayan, es una revista de economía que, como
casi todas sus congéneres, no puede evitar publicar las previsiones de sus propios
expertos. Analizando la coyuntura económica (octubre 2000), y en particular el
crecimiento, la citada revista estima que este último no tardará en enfrentarse a
inicios del año próximo, con la insuficiencia de las capacidades de producción y de la
oferta de trabajo cualificado. Por lo tanto, concluye el artículo, es la oferta, no la demanda,
que hay que apresurarse a estimular.[1] Traducido a cristiano entendible, la revista aboga por la limitación de los
salarios (y en consecuencia del consumo) para contener la inflación salarial
y asegurar la perennidad del crecimiento. Algunos meses más tarde, otro experto de Les Echos nos
dice en la edición del 20/08/2001 exactamente lo contrario: refiriéndose a los
consumidores franceses, Dominique Seux llama a incitarlos a consumir puesto
que sus compras constituyen el último motor del crecimiento. ¿Cómo? ¿No nos decían en octubre pasado que no había que estimular la
demanda sino la oferta? ¿Que pasó
con el optimismo de los expertos? Simplemente que no lograron prever la desaceleración de la economía
norteamericana, ni la de la Unión Europea, y ahora constatan las virtudes de la demanda
que desechaban hace unos meses... Y en lo que se refiere a la insuficiencia de oferta de trabajo
cualificado no hay que preocuparse: los grandes conglomerados industriales y de
servicios están despidiendo cientos de miles de trabajadores. ¡Debe ser para incitarlos al consumo! En el mismo número de los Enjeux-Les Echos de octubre del 2000,
otro experto, Marc de Scitivaux, Director de los Cahiers verts de
léconomie, declara a propósito del crecimiento de la economía americana
(entiéndase los USA): Yo no creo en el fin de un ciclo que se inició hace
unos diez años y que debiera durar - ¿porqué no? otro tanto.... ¿Que tal la previsión del experto? En Les Echos del 20 de agosto de este año se citan las
declaraciones de Lawrence Lindsey, consejero económico de George Dobelieú
Bush: El segundo trimestre (del 2001) fue el más débil. Pasamos cerca de la
recesión, pero creo que la evitaremos. Diez meses después de la optimista previsión del Sr. Scitivaux,
que preveía otros diez años de expansión económica para los USA, el principal
consejero en la materia de la Casa Blanca nos explica que se trata de ¡evitar la
recesión...! Y por cierto la Casa Blanca se apresura a hacer sus propias previsiones, y
retiene la cifra de 1,7% de crecimiento en el año 2001. ¿Porqué no después de todo? Si sólo hace cuatro meses la misma Casa Blanca anunciaba 2,4%[2], y puede cambiar
la cifra cuantas veces sea necesario... Como, por otra parte, lo hacen frecuentemente los bromistas de la OCDE y del FMI
y otros expertos que en el mundo han sido. Por ejemplo, al mes de agosto de este año, los expertos del Ministerio de
Finanzas francés han corregido cuatro veces sus previsiones de crecimiento
para el 2001... Algunos economistas serios, que se dejaron llevar por su propensión
a los vaticinios y se transformaron en augures, han conocido una triste suerte. El Sr. Trichet, Presidente de la Banque de France[3] anunciaba en la
vísperas del crac bursátil de 1987: la Bolsa tiene un bello avenir delante
de ella[4]. ¡Y decir que casi lo nombran Presidente del Banco Central Europeo! Por su parte, un gran economista estadounidense, Irving Fisher[5], declaraba:
las acciones han alcanzado una altiplanicie permanente[6]...
¡justo antes del crac de 1929! Por cierto no todo el mundo pretende ser experto.
Como por ejemplo John Maynard Keynes, gran especulador donde los hubiera, que
escribía en 1937 mañana... no sabemos nada, frase que junto a en
el largo plazo estaremos todos muertos son las más grandes verdades salidas
de la boca de un economista (dixit Bernard Maris en la obra citada). No obstante, la prudencia y la modestia son cualidades raras entre los
expertos. Y como dice el proverbio español: en todos los sitios se cuecen habas...
¡y en mi casa a calderadas!. |
Pero los nuestros son mejores que los europeos o los yanquis. Algunos son tan atrevidos que osan hacer previsiones sobre lo que ya pasó, como
el inefable Hernán Büchi, ex ministro de economía de la dictadura. Refiriéndose a la aguda crisis económica que enfrenta Argentina, Büchi
declaró el 24 de agosto pasado en Buenos Aires: No quiero hablar de optimismo
o pesimismo, sino dejar un mensaje: lo que viene es muy difícil, más de lo que se vivió
hasta ahora. Pero todo era previsible (sic)[7]. ¡Hernán Büchi prevé la crisis Argentina con algunos meses, ¡que digo!
¡años de retraso! ¡Yo juraría que Büchi nos puede predecir incluso los números ganadores del
Loto de enero del año pasado! Pero
Büchi no se detiene en tan buen camino. Puesto
a hacer el ridículo intenta batir plusmarcas en un país en el que, si el ridículo
matara, sería difícil nombrar un Ministro de Economía. Después de afirmar, vestido de los perendengues de su calidad de
experto, que los únicos culpables de lo que pasa son los propios
argentinos, agrega: si la Argentina no cumple lo acordado con el
FMI caerá en la cesación de pagos o la devaluación del peso que está atado con el
dólar desde abril de 1991[8]. ¡Ah! ¿Porque los consejos del FMI pueden sacar a la Argentina del marasmo en
que el mismo FMI la precipitó?
En su editorial del 25 de agosto, el diario francés Le Monde hace
referencia al mismo tema y dice lo siguiente: Para el Sr. Bush el caso no era simple (el nuevo crédito del FMI
a la Argentina[9]).
Porque la Argentina es un buen alumno del FMI que, durante los años 80, puso en práctica
sus preceptos ortodoxos: desregulación, privatización y rigor presupuestario. Para matar
la inflación, el país amarró estrictamente su moneda, el peso, al dólar, fijando la
tasa de cambio a uno por uno. La economía argentina conoció un crecimiento netamente
superior al de sus vecinos hasta que acontecimientos exteriores vinieron a quebrar su
equilibrio en 1997. Crisis asiática, crisis rusa, alza del dólar, devaluación del real
brasileño tuvieron dos consecuencias: alza de las tasas reales de interés y pérdida de
competitividad exterior[10]. ¡¿Cómo?! ¿La Argentina, el buen alumno del FMI, cumpliendo y...los super
expertos del FMI no previeron las crisis asiática y rusa? ¿Los expertos del FMI (los mejores economistas del
mundo dixit el Sr. Camdessus, cuando era Presidente del FMI) no vieron llegar la
devaluación del real brasileño? Y Ud. Sr. Büchi: ¿donde estaba? ¿Leyendo el pasado en las tripas de un ave?
¿Consultando los oráculos para adivinar donde se jugó la Copa Jules Rimet en 1962? Es decir que el FMI veía a la Argentina como un país aislado, rodeado de
una inmensa nada: ¿Asia? ¿Was ist das?
¿Rusia? ¿What is it? ¿Brasil? Quest-ce
que cest ? Y si la fidelidad perruna a la ortodoxia del FMI dio los resultados que ahora
constatamos... ¿cómo se atreve Ud., Sr. Büchi, a recomendar un poco más de la misma
medicina? Ud. osa darle lecciones a los argentinos, basándose en su experiencia de
Ministro de un régimen totalitario en el cual Ud. podía prever que sus medidas no
tendrían ninguna oposición ¡porque la oposición estaba en la cárcel, o muerta, o
desaparecida! Ud. que osa recetarle un poco más de veneno, perdón de FMI, a un país en el
que las recetas del FMI han logrado hacer que el 41% de la población viva debajo del
nivel de pobreza. ¿Que piensa Ud. Sr. Büchi que la Argentina puede vender o privatizar aún? ¡Ud. que organizó la venta, a vil precio, de las empresas del Estado a los
amigos de la dictadura! Piense Sr. Büchi: los argentinos aún pueden privatizar la tumba de Perón, o
las osamentas de Gardel... O el recuerdo del Pibe de Oro..., o la viejecita del tango... Piense Sr. Büchi... si es capaz de pensar. Luis CASADO Francia 27/08/2001 [1] Los subrayados son míos. [2] Les Echos del 20/08/2001 [3] Equivalente de nuestro Banco Central, pero con plata. [4] Citado por Bernard Maris en Lettre
ouverte aux gourous de léconomie qui nous prennent pour des imbéciles. Paris
- Albin Michel. [5] Irving Fisher, Ph. D.
1891 Yale. 1867-1947 [6] Bernard Maris
Obra citada. [7] El Mercurio del 27/08/2001 [8] Ibid. [9] Préstamo que, como advertimos el 19 de agosto pasado en el artículo Mangantes, Dobeliú terminó por aprobar. [10] Le Monde del 25/08/2001 |
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